Tarta para Javi

Esto no es una entrada, sino un homenaje a mi suegro. Rafael fue maestro repostero de unos de los establecimientos con más renombre en su ciudad; y el mérito era suyo, claro. No doy más datos, primero porque no merecen la más mínima publicidad, segundo porque ya no gozan de la calidad de entonces, y tercero y lo más importante, porque esta mención la quiero compartir con los que seguís este blog que sois en su mayoría familia y allegados, con lo cual holga todo comentario sobre la maestría de Rafael. Sólo añadir que la delicadeza, esmero, cariño y entrega que volcaba sobre su trabajo era el fiel reflejo de lo que hizo durante toda su vida con su familia. No puedo entrar a la cocina (y a otros muchos lugares de casa) sin acordarme de usted. 

Bueno, pues el atrevimiento de hacer una tarta para mi marido, como en su día los roscones de Reyes, está hecho desde la humildad y la admiración, y con la única pretensión de que no se pierdan las tradiciones que he vivido en mi familia política desde mi incorporación y de alguna manera homenajear el recuerdo de Rafael y  las exquisiteces a las que nos tenía acostumbrados. 

INGREDIENTES:

• 1 Base de tarta de Bizcocho Genovés
• Mermelada al gusto (albaricoque en este caso)
• Nata para montar
• 1 tableta de Turrón de Jijona
• Chocolate de postres para cobertura
• 500 cc de agua y 400gr de azúcar para el almíbar 
• Un chorrito de licor al gusto para el almíbar
• Guindas y crocante de almendra para decorar

PREPARACIÓN:

Llevamos a ebullición en un cazo el agua con el azúcar hasta que se disuelva totalmente y tenga una densidad similar al aceite. Añadimos un chorro de licor al gusto. Si hay niños lo podemos evaporar antes de retirar del fuego (o no, según sean de inquietos...)

Abrimos el bizcocho con ayuda de un cuchillo, o en este caso con una especie de segueta que viene incluída en el kit de repostería de Ikea  Drömmar, ya comentado en la entrada del Tiramisú.

Empapamos como se dice en mi casa, con bien de almíbar cada capa de bizcocho, por todas las caras.

Primera capa con mermelada. Para el segundo piso monté 500cc de nata y le añadí con más cariño que buen resultado 1 tableta de turrón de Jijona previamente desleída  en un poco de nata. Quedó muy rica de sabor pero poco consistente. Manolete, Manolete...

Ponemos la tapa y cubrimos con la cobertura de chocolate, siento no haber hecho fotos, pero estaba estresadillo. La cobertura lleva 100 cc de nata para montar, 150 gramos de chocolate de cobertura y 25 gramos de margarina. Se lleva la nata a ebullición y cuando hierva se retira del fuego y se añade el chocolate troceado y la nata. Removemos bien hasta que esté todo bien unificado y dejamos enfriar casi totalmente para que tenga má consistencia y nos permita manejarla mejor.

Continuamos decorando con el crocante de almendra en los cantos, y montamos un poco de nata para decorar con la manga pastelera. Sus poquitas de cerezas y una orlita en el centro para poner las velas (la idea original era poner el cartelito de chocolate blanco, pero no quería tentar a la suerte ni tenía tiempo). Los números de las velas lo dejo en suspense, pero somos de la misma quinta jeje.

La tarta resultó sequilla, e inclinada estilo torre de Pisa, pero el efecto conseguido fue el deseado. 

Te quiero, Javi!!!