martes, 7 de diciembre de 2010

Pastel de Pescado

Bueno, ya lo avisé con el título del blog, pero he vuelto. Se aproximan fechas de muchas reuniones con familia, amigos, y, como debe ser, alrededor de una mesa. Así que aprovechando que nosotros hemos celebrado San Francisco Javier y la Inmaculada Concepción de una tacada, voy a publicar este pastel de pescado que he preparado para la ocasión y que se solía comer en Nochebuena en casa de mi abuela paterna, Pepa, o como se le llamaba en la familia Mamipepa.
Mamipepa era una excepcional cocinera y dominaba tanto los platos tradicionales, como la repostería. Con un instinto natural para la cocina, tenía la total y absoluta capacidad de innovar e introducir nuevos platos y sorprendernos con sus espectaculares presentaciones. Preparaba unas cenas de Nochebuena para una veintena de personas sin despeinarse. Era clásico el consomé para empezar, el pastel de pescado, una coliflor cocida servida en frío con una deliciosa salsa vinagreta verde (a base de perejil, cebolla, ajo y anchoas), ensalada de apio blanco... entre otras delicias. Sirva esta nueva entrada del blog como recuerdo a mi otra abuela cocinera, que me decía esta frase que forma parte de una canción popular y me viene a la memoria cuando pienso en ella: "Antonio, divino Antonio, alfiler de mi pechera..."

El pastel de pescado es una de la muchas preparaciones que mejoran de un día para otro, por lo que es conveniente elaborarlo la víspera.


INGREDIENTES

  • 1kg de pescada (cualquier otro pescado blanco es perfecto, yo utilizé rosada)             
  • 250gr de gambas arroceras
  • 4 huevos
  • 200gr de tomate frito (un brick pequeño de mercadona)
  • Sal y pimienta 




Para la decoración




  • Mayonesa
  • Pimientos morrones      
  • Aceitunas negras
  • Langostinos cocidos








 Comenzamos!!! En una olla cocemos las gambas arroceras, y cuando estén listas las sacamos y las reservamos. En ese mismo agua cocemos el pescado unos 10 minutos. Esto hará que incorporemos parte del sabor de las gambas en la cocción. Sacamos el pescado y dejamos escurrir mientras se enfría.



 Batimos los huevos, le añadimos el tomate y salpimentamos. Cuando el pescado no queme lo desmenuzamos para quitar las espinas y cualquier resto de piel que pueda resultar desagradable al comer. Pelamos las gambas arroceras.




Ponemos las gambas con el pescado y le añadimos la mezcla del huevo batido con el tomate, removiendo hasta que la mezcla quede homogénea,





 Echamos la mezcla en el molde que queramos utilizar. Nosotros éramos 14 personas, por lo que hice el doble de cantidad que expreso en la receta, por eso en la foto se ven dos moldes. Con 1kg de pescado podemos hacer un pastel para 6 u 8 personas.




 Metemos en el horno al baño María a 180ºC durante unos 35-40 minutos. Transcurrido este tiempo podemos tocar la superficie para asegurarnos que está consistente, o pinchar con un cuchillo para comprobar que no esté líquido por dentro. Debe quedar jugoso. 
Dejamos enfriar y metemos en la nevera para que esté frío a la hora de decorar.

Al cuajar el pastel el color que presentaba la mezcla se suaviza, quedando de un tono salmón.
Desmoldamos en el plato o fuente en el que vayamos a presentarlo y comenzamos a decorar cubriendo el pastel con una capa de mayonesa. Si no os queréis complicar podéis comprar la mayonesa, pero la casera le da un toque especial. Posteriormente disponemos el resto de ingredientes como la imaginación nos dicte. Ésta no ha sido de las mejores, pero tampoco ha sido la peor. Procurad quitar el exceso de humedad con papel de cocina a las gambas, aceitunas y pimientos morrones, ya que si desprenden líquido desluce el acabado y da un aspecto poco apetecible.

    

Os puedo ofrecer otras sugerencias de presentación, como ésta que consiste en cubrir el pastel con una capa de salmón ahumado. Le da un acabado realmente atractivo, pero la combinación de la mayonesa con el pastel es mucho más sabrosa y no resulta tan pesada.


Otro año lo hice para Nochevieja y decoré el pastel como hacía Mamipepa con su ensaladilla rusa. En la original las manecillas eran anchoas y las horas que no son números romanos eran chicharitos (guisantes para los no malagueños).

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